En Bangkok todo el mundo es amable y siempre hay una sonrisa y una pequenya reverencia. Llevamos aqui solo un dia y este lugar nos ha encantado. Efectivamente hay buen rollo.
Macu ha parado de dejarse llevar por su impulso por preguntarlo todo: "Yo preguntaria a ver"... Pregunta, pregunta. Y luego me la tienen media hora para darle hasta el minimo detalle de la respuesta que busca. Ahora pregunta mucho menos.
Llegamos cansados pero salimos enseguida. Valia la pena. Lo primero son los olores. A incienso en los templos y templetes, a eucalipto en las casas de masajes, a especias en los puestos de comida de las calles y a flores (a jazmin) por todas partes.
Acabamos el dia, como no, en la casa de masajes. Macu no queria pero ya es una aficionada. Ayer se inicio de forma recatada con uno de pies pero hoy ya se ha lanzado con un tailandes completo a 6 euros la hora, eso si yo estaba en la cabinilla de al lado por si gritaba y habia que acudir al rescate.
Hemos utilizado el dia de hoy para ver los principales puntos historicos, palacios y templos, y a callejear mucho. A pasear por los mercados de la ciudad. Nos ha dado la sensacion de que habia poco turista en muchos de los lugares por los que hemos pasado y eso nos ha llamado la atencion y nos ha gustado por igual. Tambien llama la atencion la emzacla entre lo antiguo y lo moderno, entre lo impoluto y lo degradado. El contraste, como suele ser habitual, le hace mucho bien a esta ciudad.
Al final y como era de esperar hemos acabado rendidos dandono un chapuzon y preparandonos para acudir a observar la noche de Bangkok.
Os dejamos con unas fotos.
1. Seguimos vivos
2. Joaquin ha hecho amigos
3. Estos monigotes le encantan a Macu
4. Nos encanta el detalle: aqui las ofrendas a los dioses son comida, flores, agua...
5. En el mercado de los amuletos se compran tambien repuestos bucales
6. En el Bangkok moderno de acero y disenyo